miércoles, 20 de junio de 2012

De buceadores y buceos

                                                                     Para una lectora de Sándor Márari (y lo que surja)


¿Me maltratas la bibalva? Sucio, perro, cochino,
¿Y eso? ¿Pero no eres divino? Yo creía...
Me envía ella esas cartas de su boquita propia
Y yo un poco en la inopia cuando buceo en su entrepierna

Muslos sabrosos y calientes, sin patente
para engañar la nave ni al corsario
Ni al bronce, ni Rosario, Ni Ché ni vainas
Que cuando la trigueña desenvaina la lengua

Y dice con los labios todo eso que dice
por fuerza te quedan cicatrices
y temes hasta ducharte pa no errar el aroma

Roma no es Roma, ni la Storni lo sabe
que coma mi cazabe me gusta, me eterniza
¿y de jarabe para recuperar? la huidiza y riquita cucharita


                                                                                                        Ubaldo R. Olivero

2 comentarios:

  1. Eres un guarrillo y muy vicioso cubanito

    Irene

    ResponderEliminar
  2. ¿Te lo has follado Irene? Escribes o quizás piensa como una resentida.

    Noa, de la UB

    ResponderEliminar

Bocanadas