Para una lectora de Sándor Márari (y lo que surja)
¿Me maltratas la bibalva? Sucio, perro, cochino,
¿Y eso? ¿Pero no eres divino? Yo creía...
Me envía ella esas cartas de su boquita propia
Y yo un poco en la inopia cuando buceo en su entrepierna
Muslos sabrosos y calientes, sin patente
para engañar la nave ni al corsario
Ni al bronce, ni Rosario, Ni Ché ni vainas
Que cuando la trigueña desenvaina la lengua
Y dice con los labios todo eso que dice
por fuerza te quedan cicatrices
y temes hasta ducharte pa no errar el aroma
Roma no es Roma, ni la Storni lo sabe
que coma mi cazabe me gusta, me eterniza
¿y de jarabe para recuperar? la huidiza y riquita cucharita
Ubaldo R. Olivero
Eres un guarrillo y muy vicioso cubanito
ResponderEliminarIrene
¿Te lo has follado Irene? Escribes o quizás piensa como una resentida.
ResponderEliminarNoa, de la UB